lunes, abril 17, 2006

Luciérnaga

Luciérnaga alegre, de vuelo alto.
Caricia tierna, como el beso de un niño.
Noche encendida, de estrellas cercanas.

Luciérnaga lúcida, de luz prodigiosa,
efímera y rápida, como si fuese un suspiro,
iluminabas la luz de mi camino.

Vuela, vuela, no dejes de volar,
que por mucho me pese, no te voy a encontrar.

Luciérnaga dudosa, de vuelo raso,
buscaste excusa para dejar de volar
y así impedir encontrar tu felicidad.

Luciérnaga triste, sin vuelo alguno.
Fuiste tú, aliento de mariposa,
la que deshojó, como si se tratase de una rosa.

Vuela, vuela, no dejes de volar,
que por mucho me pese, no te voy a encontrar.

Luciérnaga lejana, de nuevo viajas.
Caricia perdida, como la inocencia de un niño.
Noche apagada, de estrellas lejanas.

Vuela, vuela, no dejes de volar,
que por mucho me pese, no te voy a encontrar.